Tradiciones
Los estandartes abren la Semana Santa
Las 33 cofradías palmesanas desfilaron de los Caputxins a Sant Francesc como preámbulo a los siete días de Pasión
Aitor F. Vallespir. Palma Las insignias de las 33 cofradías palmesanas recorrieron un año más las calles de la ciudad durante la tradicional procesión de los estandartes. Desde el convento de los Caputxins hasta la basílica de Sant Francesc, la marcha sirvió para poner el punto final a la semana cultural previa a la Semana Santa.
Con paso lento y el repicar de los tambores, comenzaron a procesionar tres representantes de cada agrupación con la bandera ondeando en el medio. Algún estandarte tuvo problemas para salir del templo debido a la escasa altura de la puerta de los Caputxins. Los tamborileros de la Sala y las bandas musicales de Santa Mònica y de la Madre del Dolor Sereno acompañaron la marcha.
Las telas siguieron el orden de salida tradicional de la isla: del más joven al más antiguo. El primero en salir fue el castrense del Padre Jesús de la Humildad y Nuestra Señora de la Paz. El último fue el de la Confraria de la Creu de la Calatrava, que data de 1902. Tras ellos, caminaron el presidente de la Associació de Confraries de Setmana Santa de Palma, Miquel Llabata, y el consiliario, Antoni Cañellas.
La mayoría del público se congregó a las puertas de los Caputxins y en las cercanías de la plaza del Olivar. Se vieron muchas familias, gente mayor y también jóvenes curiosos. Los teléfonos móviles echaban humo para retratar el paso de los cofrades.
El acto tuvo menos expectación que otras procesiones. No hubo horas de espera en la calle, como en el Jueves Santo, sino que la gente formaba pasillo al desfile a medida que iba avanzando. De hecho, ni las calles estaban preparadas. En Sant Miquel, a la altura de la plaza Major, los cofrades hubieron de sortear varias vallas colocadas por los operarios municipales de mantenimiento, que esa mañana habían arreglado el pavimento de la vía.
En la plaza de Sant Francesc también hubo un centenar de personas esperando la llegada de los estandartes. El obispo de Mallorca, Javier Salinas, recibió desde las puertas del templo a todos los participantes. Junto a él se vio a la exalcaldesa del PP Catalina Cirer, que luego ocupó el banco de las autoridades junto a su compañero de partido, el regidor de Cultura de Cort, Fernando Gilet. Los asientos de Sant Francesc estuvieron, en su mayoría, vacíos. De hecho, se pudo ver más público charlando fuera del templo.
Tras colocar uno a uno los 33 estandartes de las cofradías en el altar mayor, llegó el turno de los parlamentos. Del pregón se encargó este año Joan Andreu Alcina. Por primera vez, un diácono permanente fue el responsable de esta tarea. En un discurso cargado de profundidad y solemnidad, Andreu reflexionó sobre "el evento histórico de la persona de Jesús". Histórico porque, dijo el pregonero, fue él quién inició la cadena de hechos que permiten que ahora se celebre la Semana Santa.
"La Iglesia es una realidad presente en la historia de salvación desde el momento en que el Hijo, acabada su misión, ha retornado al Padre. Es la continuación terrenal de la corporeidad glorificada de Cristo", manifestó, antes de desear a todos los fieles una Semana Santa "llena de fuerza y del gozo de cuando se toma conciencia de que Cristo ha resucitado". Tras sus palabras, el coro juvenil del colegio Sant Josep Obrer interpretó varias canciones que pusieron el punto final al acto.
La Semana Santa se iniciará oficialmente este domingo, Domingo de Ramos, con la bendición de las palmas por la mañana y la procesión de la entrada de Jesús en Jerusalén a partir de las 18 horas desde la iglesia de Sant Jaume hasta el convento de la Concepció.
Diario de Mallorca.-
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