Las primeras costaleras de la Sang
Los más de 400 kilos del paso Jesús del Buen Perdón fueron portados por mujeres, un hecho histórico en la procesión del Jueves Santo en Ciutat - El Crist de la Sang inició el recorrido poco después de medianoche
Raquel Galán. Palma Las costaleras de la cofradía Nuestro Padre Jesús del Buen Perdón hicieron historia en la procesión del Crist de la Sang. Las 16 mujeres que portaron el paso del mismo nombre, más de 400 kilos a costal, finalizaron con éxito el recorrido de cerca de dos kilómetros desde la iglesia de la Anunciació hasta la Catedral. Lo hicieron de principio a fin sin ningún relevo y con muy pocas paradas para descansar. Era la primera vez que un grupo de mujeres ejercía de costaleras en la procesión del Jueves Santo, un hecho que empieza a verse en ciudades de la península pero que nunca se había producido en Palma.
"Anteriormente, llevábamos el paso a ruedas, siempre mujeres, excepto el volante, que estaba a cargo del capataz. Sin embargo, tomamos la decisión de portarlo a costal y aquí estamos", afirmó la presidenta, Silvia González, tras la corta parada realizada en la plaza de Cort. Allí tuvieron el único incidente de la noche, ya que una de ellas sufrió un mareo y, tras ser tumbada y socorrida, la sustituyó otra compañera. Poco después, Silvia, Sonia, Verónica, Ana, Cristina, Saray, Yolanda y las demás mujeres llegaron a la Seu y descansaron finalmente de los 25 kilos de peso que cada una portó durante tres horas.
La cofradía del Buen Perdón fue la sexta en procesionar, por orden de antigüedad (delante desfila la más reciente, aunque hay excepciones), y poco antes iba una de las más veneradas: Nuestra Señora de la Esperanza. El paso de esta Virgen provocó enormes aplausos y vítores a lo largo de todo el recorrido, al igual que el de la Salud, ya que ambas imágenes –cubiertas bajo palio– impactan a los numerosos fieles y turistas allá por donde pasan. Como es habitual, se realizaron cinco paradas de varios minutos para que los costaleros pudiesen relevarse, debido a que cada uno soporta más de 50 kilos de peso durante el trayecto.
La Esperanza partió puntual de la plaza del Hospital y llegó a la Catedral a las 22 horas, por lo que el inicio de la procesión fue muy ágil. Media hora después de que esta cofradía finalizase, habían salido la mayor parte de las 33 hermandades participantes, que suman más de 4.000 nazarenos. Sin embargo, el Crist de la Sang no lo hizo hasta poco después de la medianoche, debido a cierto retraso durante el recorrido. Le acompañó una multitud, que iba detrás de la comitiva presidida por la talla del siglo XVI, portada a hombros por los prohoms y los sobreposats de la cofradía de la Sang, la más antigua de Palma. Tras la imagen estaba el obispo, Javier Salinas, y el nuevo prior de la iglesia de la Anunciació, Lluc Riera. La previsión era llegar a la Catedral pasadas las dos de la madrugada.
El cálido Jueves Santo reunió a lo largo de las principales calles del casco antiguo a numerosos devotos, curiosos, visitantes y residentes, que de una forma u otra contribuyeron a que el Crist de la Sang continúe siendo el más venerado de la isla.
Diario de Mallorca.
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