martes, abril 22, 2014

Domingo de Resurrección 2014


El reencuentro entre María y Jesús
Multitud de feligreses asisten en la Catedral a la procesión y la posterior misa que culminan la Pascua

Raquel Galán Los rayos de sol se aliaron con la Virgen y la iluminaron a través del rosetón mayor de la Catedral justo en el momento en el que procesionaba frente a la puerta del mirador. Se creó un efecto óptico que daba la sensación de que la imagen del siglo XVII se alegraba de acercarse al altar para ver a su hijo Jesús. El millar de piezas de cristal de colores que coforman el vitral mayor de la Seu contribuyeron a otorgar más misticismo a la procesión del Domingo de Resurrección, en la que los pasos de la Virgen María y Cristo se reencuentran, siguiendo una tradición que se celebra en todo el Mediterráneo, como se decía por los altavoces del templo en diversos idiomas justo antes de que se iniciase el acto religioso.
La fila para acceder a la iglesia poco antes de las 10 horas era enorme, aunque avanzaba con fluidez, por lo que la Seu se llenó en unos minutos de multitud de feligreses –residentes y turistas– que no quisieron perderse la "conmemoración del primer abrazo de su madre después de la resurrección" de Jesús, según se informaba desde los altavoces. Tras una breve misa en la que se rezó el Padrenuestro, el cabildo catedralicio y el obispo, Javier Salinas, se dirigieron del altar a la sacristía dels Vermells con el fin de prepararse para la procesión.
El avance de los pasos
Con el sonido del órgano de la Catedral llenando el templo, la comitiva eclesiástica partió por una nave lateral hacia la capilla de la Puríssima Concepció, en la que se custodia el paso de Cristo y desde donde sale portado a hombros por la familia Dameto. En la capilla de enfrente, la de Sant Benet, se encuentra el paso de la Virgen, perteneciente a la familia Truyols desde el siglo XVII. Ayer fue portado por los tres hijos de Francisco Truyols Ramis de Ayreflor –Fernando, Francisco y Luis–, y por su yerno. Otros miembros de la familia les acompañaron en la procesión y los niños llevaron cirios junto a la imagen de María.
Uno y otro paso avanzaron a lo largo de las naves laterales y se encontraron finalmente frente al altar de la Catedral para evocar el momento en el que "María es la primera que ve la resurrección", según dijo después el obispo en su homilía. Tras los cánticos de aleluya, Javier Salinas centró sus palabras en la importancia de la Virgen, que es "la primera entre los cristianos, la luz que ilumina nuestras respuestas"; de María Magdalena, "la primera que va a la tumba, porque añora a Jesús"; y del apóstol San Juan, "el que vio y creyó".
El prelado de Mallorca también habló de la celebración de la "fiesta mayor, la más importante de la Iglesia, ya que es el triunfo de la vida sobre la muerte", según afirmó al inicio de la homilía de la misa de Pascua, que leyó en castellano y catalán. El público que estaba en la parte posterior del templo pudo seguirla a través de dos pantallas colocadas en sendas columnas. Tras finalizar, a las 11.20 horas, se acercó a la nave central y la recorrió para bendecir a los feligreses. La misa continuó en la abarrotada Seu hasta poco antes del mediodía. Posteriormente se celebró otra eucaristía de Pascua, esta vez con la presencia de los Reyes.

Diario de Mallorca.

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